Con profunda indignación denunciamos un acto de irrespeto y profanación dentro de nuestra iglesia San José de Convención. Una persona ha ingresado al templo no con el fin de orar o reflexionar, sino para tomarse fotografías con poses inapropiadas, cubriendo los ojos de una imagen y sentándose de manera irrespetuosa en la silla principal del sacerdote, un lugar sagrado destinado a la liturgia.

Independientemente de sus creencias personales, se exige respeto por los espacios que, para los creyentes católicos, son sagrados. Profanar un altar y burlarse simbólicamente de la fe de toda una comunidad no es libertad de expresión, es una falta de cultura, sensibilidad y educación espiritual.

Hacemos un llamado a las autoridades religiosas y civiles para tomar cartas en el asunto, y a la comunidad para no normalizar este tipo de comportamientos. El respeto debe prevalecer, aún más en tiempos donde la fe es consuelo para muchos.
Lo sagrado no se profana, se respeta.